12.11.01

El póker explosivo

Masiosare 30 DE SEPTIEMBRE DE 2001
Geopolítica en Asia Central
El póker explosivo


La nueva operación militar de Estados Unidos puede convertirse en un elemento de explosión y confrontación mayor en una zona donde se entrelazan estratégicamente cuatro factores: la lucha por el control de los recursos petroleros e hidrológicos, las alianzas militares en la zona, la búsqueda de la hegemonía del integrismo islámico y el tráfico de opio hacia Europa. A continuación, una breve reseña de este explosivo póker ahora escenario de lo que Washington ha llamado la operación Libertad Duradera
Jenaro VILLAMIL

1. Petróleo y gas.
Las reservas de gas y de petróleo del Mar Caspio y de las repúblicas centroasiáticas de Kirguizia, Kazajstán, Uzbekistán, Tadzikistán y Turkmenistán, todas ellas colindantes con Afganistán, son consideradas las terceras más importantes del mundo, con niveles que ascienden a 270 millones de barriles y son consideradas como alternas a las del Golfo Pérsico. Su control y explotación está en el centro de la disputa regional. Hay por lo menos tres grandes proyectos de oleoductos financiados por Irán, Turquía y Rusia, así como el proyecto del oleoducto de 2 mil kilómetros entre los gobiernos de Turquía, Georgia y Azerbaiján, apoyado en noviembre de 1999 por la administración Clinton.


Tadzikistán, pequeña república ex soviética con fuerte influencia islámica, es la segunda región con mayor nivel de reservas de gas en el mundo. En Kazajstán se ubican tres grandes campos petrolíferos (Tenguiz, Karazhanbas, Dunga) y altas reservas de gas que están en la mira de la British Gas y Agip, al tiempo que Turkmenistán posee dos grandes campos petroleros y altas reservas de plata.


La geopolítica del petróleo llevó a la república islámica de Irán a firmar un acuerdo con Turkmenistán, nación que suministrará gas natural al noroeste iraní a través de un oleoducto de 287 kilómetros, cuyo costo estimado sería de 160 millones de dólares. El proyecto fue prontamente vetado por Washington. A su vez, Estados Unidos apoyó desde 1999 la construcción de un oleoducto que le quitara el control del petróleo del Caspio a Rusia y a Irán, y que sea completamente independiente del Golfo Pérsico. Este proyecto empezaría en la ciudad de Bakú y se extiende a la ciudad turca de Erzurum con casi 2 mil kilómetros de extensión. El costo estimado sería de 4 mil millones de dólares, el doble del costo del gasoducto apoyado por Irán.


Un tercer proyecto que quedó suspendido por la guerra en Chechenia es el oleoducto que apoyaría Rusia, denominado Tengiz-Novorossisk. Quedó, por el momento, a merced del desenlace del proyecto que Washington apoyaría hasta el 2004, cuando se espera que la producción alcance un millón de barriles diarios, según los cálculos que diera a conocer Bill Richardson, secretario de Energía estadunidense durante el gobierno de Bill Clinton.


En paralelo con esta batalla por el control de los recursos petroleros, Michael Klare, profesor de Hampshire, estableció en su reciente libro Guerra por los recursos: el nuevo paisaje de conflictos mundiales que en el Mar Caspio el control de los recursos hidrológicos será clave. En concreto, el control del Tigris-Eufrates, que fluye desde Turquía hasta Rusia, Irak, Irán y parte de la India y Pakistán, definirá el desenlace de los sucesos en Asia Central. "Con el crecimiento de la población y el consiguiente aumento de la demanda de agua y alimentos, cada uno de los Estados ribereños intentará utilizar al máximo los recursos disponibles... Y cuando las acciones de uno de esos Estados provoquen una disminución en el suministro de alguno de los otros, las condiciones estarán dadas para un conflicto por la distribución del agua", señaló Klare en su libro.


2. Militarismo
El derrumbe de la Unión Soviética, la guerra del Golfo Pérsico y el triunfo de la rebelión talibán en 1996 modificaron la relación de fuerzas estratégicas y efectivos militares en la zona. Las cuatro repúblicas ex soviéticas colindantes poseen aproximadamente 60 mil efectivos, siendo Uzbekistán la que cuenta con un arsenal más poderoso de 20 mil 400 soldados, 179 tanques y 80 aviones de combate. El apoyo militar de esta república y de Rusia serán claves en el esquema de una coalición occidental contra el gobierno de Kabul. Sin embargo, los efectivos de naciones como Siria, Irak e Irán, clasificados como "países que han apoyado el terrorismo" por Estados Unidos, son sustancialmente mayores al de cualquier aliado regional estadunidense. Irak posee un ejército de 375 mil efectivos, mientras Irán tiene 325 mil soldados y Siria cuenta con el más amplio arsenal regional, conformado por 4 mil 850 tanques y 675 aviones de combate. Los talibán controlan un menguado ejército de aproximadamente 45 mil guerrilleros. India y Pakistán poseen instalaciones nucleares claves y bases militares que han sido objetivos claves de Estados Unidos, además de las que Washington posee en Arabia Saudita.


En el esquema de "guerra contra el terrorismo", las fuerzas convencionales se enfrentarían a una coalición de grupos radicales con amplia influencia y capacidad de acción regional. Son los casos del grupo radical egipcio Yamá al Islamiya, cuyas acciones han provocado en Egipto más de 2 mil muertes de 1992 a la fecha. Se sospecha que algunos de sus miembros fueron reclutados por Osama Bin Laden. El otro grupo es el jihad de Egipto, al cual Washington responsabilizó de los acontecimientos en Kenia y Tanzania. La organización argelina Grupo Islámico Armado combatió con los mujaidines en Afganistán y actualmente se le acusa de haber lanzado ataques contra más de 100 mil personas. El Hamas, el movimiento de resistencia islámica pro-iraní más importante dentro de los grupos propalestinos, es ubicado como la mayor amenaza para Israel, al igual que el Hezbolá o "Partido de Dios", fundado por la Guardia Revolucionaria iraní a raíz de la invasión israelí en Líbano.


Por otro lado, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN juegan el futuro de una subalianza regional denominada Socios de la Paz (PFP, por sus siglas en inglés). A través de PFP, cinco repúblicas ex soviéticas (Azerbaiján, Georgia, Uzbekistán, Kazajstán y Turkmenistán) tienen enlaces militares en el cuartel supremo de la OTAN y han creado un batallón de paz en Asia Central. En abril de 1999, en la cumbre del 50 aniversario de la OTAN, se formó una alianza antirrusa (GUAM) con participación de Georgia, Ucrania, Uzbekistán, Azerbaiján y Moldavia.


3. Lucha religiosa
El triunfo del movimiento talibán ("buscadores de la verdad") en 1996 no fue la última expresión de la lucha religiosa que se ha desarrollado en esta región sino tan sólo un eslabón más que involucra a otros movimientos musulmanes con influencia en las repúblicas ex soviéticas, en las principales naciones árabes y con expansión en naciones como la India, China y el interior de Rusia.


El "contagio talibán" es una amenaza real para Pakistán, nación que, paradójicamente, sirvió como campo de entrenamiento de las milicias fundamentalistas cuando eran aliadas de Estados Unidos durante la intervención soviética y en la época de la contención de los musulmanes chiitas que triunfaron en Irán en 1979.


En las fronteras rusas, la principal amenaza de expansión del movimiento talibán es la pequeña república de Tadzikistán, nación con una porosa frontera donde han cruzado más de 150 mil afganos. Esta república sería clave para el establecimiento de un Estado islámico trasnacional conformado por Afganistán, Uzbekistán, Kirguistán y Tadzikistán, proyecto que ha sido expresado por el mullah Omar y por el propio Osama Bin Laden.


En entrevista publicada recientemente por El País, el jeque saudita considerado el "fugitivo número uno" por Washington afirma: "Tenemos que entender nuestra religión por completo. La lucha forma parte de nuestra religión y de nuestra sharia. Quienes aman a Dios, su profeta y su religión, no lo pueden negar. El que niegue el menor principio de nuestra religión comete el pecado más grave en el Islam. Quienes simpatizan con los infieles (los judíos) -como la OLP o la llamada Autoridad Palestina- intentan desde hace decenas de años recuperar parte de sus derechos. Han dejado las armas, han abandonado lo que denominan violencia y han intentado la negociación pacífica. ¿Qué les han dado los judíos? No les han devuelto ni el 1% de sus derechos".


Estos principios de confrontación son comunes entre el movimiento talibán, entre los grupos fundamentalistas de origen chiita, como Hezbollah, y entre otras organizaciones que defienden una plataforma integrista. El integrismo islámico ha ganado terreno al calor de la lucha contra el colonialismo británico, primero, y después contra la presencia de Israel, contra el comunismo y, a raíz de la guerra del Golfo Pérsico, contra la presencia militar de Estados Unidos en la zona. El talibán, de origen sunnita ultraortodoxo, de etnia pashtú, difiere de los chiitas persas de Irán, recibió apoyo de Arabia Saudita y hasta Libia intentó influirlo. La fortaleza de esta corriente y del grupo vinculado a Bin Laden, Al Qaeda, dependerá de su capacidad de expansión en el mundo árabe -par-ticularmente en Arabia Saudita y Egipto, las naciones árabes con mayor población- y en la zona centroasiática de las repúblicas ex soviéticas.


4. Narcotráfico
La región se ha convertido en el mayor escenario del tráfico de heroína y opio. Lo que antes fue conocido como "la ruta de la seda" son ahora los caminos del tráfico de heroína. Tan sólo en 1999, Afganistán produjo 4 mil 600 toneladas de opio, a lo que se suma, según cálculos de Naciones Unidas, que 70% de la heroína consumida en Europa llega desde ahí. La revista Newsweek publicó recientemente que la mitad de la heroína afgana que ingresa a territorio europeo llega a través de las repúblicas ex soviéticas, en especial de Tadzikistán, la pequeña república cuyos habitantes pueden ganar 10 dólares o más por transportar una carga de heroína.


La prohibición del mullah Omar, jefe de la revolución talibán que gobierna a los afganos, disminuyó la producción de opio en algunas granjas afganas y elevó el precio de la droga, que pasó de 100 a 500 dólares por kilo. Informes de la Fuerza Antinarcóticos de Pakistán calculan que el precio puede alcanzar los mil dólares para finales de este año. Y eso antes de que se lanzara la operación Libertad Duradera.

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